Cita XVI

Me sentía feliz porque más que viendo todo iba dejando como siempre que todo me abrazara, que aquello se fuera concretando como un remolino de colores en el centro del cual yo siempre encuentro eso que busco allí detrás, en la mitad, la cifra clave que ensambla desde ella los pedazos, y estaba feliz en la misma medida en que la hallaba, y tenía un gustazo grueso calentándome la sangre, y todo era muy hermoso sí, bastante hermoso, hasta que repentinamente se colaba ese delgado y frío gusanito en pleno grosor del entusiasmo, un sobresalto repentino que yo no me esperaba, una luz blanca como un flash impertinente, una pieza que no se casaba por supuesto en el contexto pero que sin embargo estaba allí reclamada por todo lo demás, algo fatal cagándose sin más en el ritmo y los colores, algo tan torpe como la certeza inexplicable de que aquello no bastaba, de que no había bastado nunca y yo ya lo sabía, aquello no bastaba, era indudable, y no quedaba otro camino que sacarle el cuerpo a la desilusión que me estaba ametrallando la alegría, porque si aquello no bastaba, coño, entonces qué bastaba, si eso tampoco era entonces hasta cuándo.

Armando Rojas Guardia (Fragmento de Del mismo amor ardiendo)

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