Sin Título XVI

¡Tiemblen manos! ¡Tiemblen vísceras!
Ante mí todo agoniza;
Todo se pulveriza
Yo soy la muralla implacable que se levanta,
Que sostiene el cielo entre sus manos
Implacable
Irascible
¡Tiemblen labios!
Hagan palpitar su carnosidad,
Hagan golpear su salivosa voluptuosidad
Que arde,
Que arde y quema

Yo soy el suelo que se sacude a sus pies;
Levantando escombros, astillando dolores
¡Tiemblen ojos!
Ante mí se descuellan los colores
y las luces frías,
Pariendo copos en las pestañas,
Telarañas en las voluntades
Pero ardo,
Siempre ardo,
Y sé quemar.

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