Cita XLIX


Nos abrieron el sótano y nos sembraron dolencias. Algo que nos olvida camina bajo tierra y hace que nuestra rutina sea dislocar la mandíbula, vestir en veneno a quien no cuelgue una guillotina en los ojos. Nos arrastramos y susurramos, nos enrollamos y estrangulamos. Dejamos el rastro de nuestro rostro saqueado y el Ávila no es más que un colmillo que acompaña a nuestro cielo de escamas. Ya la tierra no es más que carne o su sed y vivimos en las puntas de la lengua de una serpiente, en donde se necesita engullir muerte, en donde intermitentemente se nos permite asomarnos al aire.

Surcos, Fernanda Godoy.

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