Sin Título XXI

En ocasiones me ha interesado la naturaleza del amor.
Lo que para muchos es una elevación,
para mi fue siempre una caída.
Creo haberlo(me) desentrañado ahora,
sentido el peso de mis pies,
saboreado las altitudes,
jugueteado con el vértigo de mis vísceras;
primero nudos en la garganta
luego masas viscosas
ahogadas
en su propio jugo
al haber colisionado.
Al fin y al cabo,
a la caída siempre sigue el estruendo.

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